En el Parlamento Europeo Sala Comisiones

Traducción de la entrevista concedida a la revista especializada Bruxelles2Pro (http://club.bruxelles2.eu/) sobre la misión EUTM Mali, tras la visita de Javier Nart (no oficial como eurodiputado) en enero de 2015

(B2) Veterano periodista de guerra, Javier Nart ha sido testigo de numerosos conflictos en África, especialmente en el Sahara, un desierto que ha cruzado varias veces. En ocasiones con los tuaregs, pero también acompañando a varios ejércitos europeos. Como él mismo dice, «conozco el modelo de funcionamiento de los conflictos de un extremo a otro de África: desde Mauritania hasta Sudán del Sur».

Por tanto, es natural que este eurodiputado español (Ciudadanos/ALDE) siga de cerca la evolución de la misión europea de formación del ejército maliense. Su última visita sobre el terreno fue en enero de 2015. Pero hace una valoración muy crítica de la misión.

Tras su visita en enero de 2015, escribió un informe muy crítico con la misión

Mi informe no es solo crítico, es «terriblemente» crítico. Pone de manifiesto la realidad. Hay dos grandes errores. En primer lugar, estamos entrenando batallones tácticos interarmas (GTIA). Pero un batallón es una unidad ridícula, apenas 600 hombres. El mandato no nos dice que entrenemos a unidades de choque superheroicas, sino a un ejército. En segundo lugar, para entrenar a un ejército en una situación de guerra, la lógica nos diría que este ejército fuera útil y estuviera capacitado para combatir en tales situaciones. Después de dos años de entrenamiento, no hemos sido capaces de crear batallones operativos. Desde 2013, cada vez que el ejército maliense ha intervenido en el norte del país, los que actuaron fueron los GTIA. Y fueron aniquilados. Los más listos simplemente corrieron como locos, incluso cuando el ejército estaba en superioridad numérica, como sucedía con frecuencia.

¿Cómo explica esto, Sr. Nart?Emblema de la EUTM

Hay dos razones. Estos GTIA están compuestos por personas que proceden del sur del país, los «Mambara» o «Toucouleurs». No hubo ninguna avalancha de voluntarios cuando los yihadistas atacaron en 2013, ni cuando fue necesario constituir estos famosos batallones. Son campesinos. Y no van a arriesgar sus vidas por un puñado de arena ni por una entidad política llamada «Mali», totalmente artificial, heredada del colonialismo.

¿Y la segunda?

El ejército de Mali está marcado por una característica nefasta: no existe trato entre oficiales y soldados. Los mandos dirigen a sus hombres desde atrás, a 200, 300 o incluso 500 metros de ellos, y las tropas se encuentran solas en la batalla. Como corresponsal de guerra, puedo decirle que la gente no muere por una bandera, un concepto de patria o una nación, ni siquiera por una revolución. Combaten por y con los hombres que los dirigen. Si faltan los jefes, es normal que los soldados huyan.

¿La formación impartida en el campamento de Koulikoro no es la adecuada?

Lo que sucede en Koulikoro es patético. Debemos proporcionar una formación ofensiva a los batallones y armarlos. Desde su lanzamiento, la EUTM de Mali proporciona un entrenamiento que es defensivo. Esto es una decisión estúpida, incluso criminal, diría, porque se envía a estos pobres malienses a la muerte. Cualquiera sabe que en el desierto, es imposible ejecutar una operación defensiva porque hay que defenderse en profundidad. Esto es moralmente indecente.

En su opinión, los esfuerzos desplegados por la UE son poco eficaces. ¿Hay un error de concepto en la misión?

Es más grave que eso. En la Unión Europea, somos una gente estupenda. Partimos de la idea de que la guerra es una cosa de mala educación, y que no se puede matar, ni siquiera en guerra. Frente al enemigo, invertimos en educación para crear mejores condiciones sociológicas y evitar los avances del terrorismo. Hace falta más sentido común y dejarse de tonterías. Si estamos en guerra, hay que ir a la guerra, ganarla… y después, podremos ponernos a hablar de la creación de una plataforma para la educación inclusiva.

MALILa EUTM Mali trató de poner en marcha una célula «proyecto» para armar mejor a los malienses. Usted es partidario de armar a los ejércitos africanos…

En teoría, es el gobierno de Mali quien debe proporcionar estas armas. En Mali hay muchas armas. No nos equivoquemos. Pero son los generales y coroneles quienes las tienen. No el gobierno. Y cuando se piden 40 RPG7 con 20 municiones para cada persona para el entrenamiento en el campo de Koulikoro… estas armas no llegan. El resultado es que la formación que se da a los soldados malienses es puramente teórica con el único apoyo del manual técnico del arma. ¿Cómo podemos entrenar así a hombres en el uso de una 14,5, una 23 mm, una 2,7 mm o de morteros de 81 y 60, sin mencionar los morteros de 120 mm.

Entonces, ¿deben armarlos los europeos?

Por supuesto que tenemos que armarles. Les suministramos cascos, chalecos antibalas, colchonetas, tiendas de campaña, y vehículos desarmados. De las armas, sin embargo, que se encarguen otros. Esto es un sinsentido.

Hay riesgo, ese material podría desviarse ¿cuál diría que es el límite?

Existe el riesgo de que el material acabe en malas manos. Sí, pero es necesario asumirlo. Estoy bastante harto, en este lugar, de reunirme con personajes «exquisitos» que lo rechazan todo, a partir del momento en que se menciona la palabra «militar». Si queremos parar masacres como la de Darfur, tenemos que terminar interviniendo con la fuerza. Mientras no se les proporcione el material, la masacre continuará. Y eso no lo entienden los “gloriosos” diputados, que dicen que la Unión Europea no puede suministrarles material ofensivo.

¿La función de «consejo» de la misión es más eficaz, en su opinión?

Hay mucho que hacer en Mali. Debemos reconstruir a fondo el Estado. Pero no podemos reformular su administración. Se trata de un país soberano. A personas cuyo objetivo es mantenerse en el poder, lo único que podemos hacer es darles buenos consejos. Pero esos consejos no sirven de nada en absoluto. Los malienses escuchan. Son amables… Pero ya no prestan atención. La función del Consejo de la EUTM en Mali es particularmente inapropiada porque no estamos sobre el terreno. ¿Cómo se puede pensar en asesorar cuando no se conoce de primera mano la realidad para la que deben prepararse? Eso solo lo hace el ejército francés.

Sus críticas son muy severas. ¿De dónde saca su información?

Al hablar con los soldados europeos en Bamako y Koulikoro, dejando a un lado los privilegios de eurodiputados y las estrellas de general, lo que encontramos es una profunda humillación y frustración. Son muy buenos profesionales y tienen un enorme interés en hacer bien las cosas, pero están castrados «políticamente» por decisiones políticas que les prohíben dar una formación adecuada en operaciones ofensivas.

Sin embargo, la EUTM Mali se presenta como un éxito de la PSDC y como modelo a seguir en futuras misiones, ¿como en la República Centroafricana, por ejemplo?

Esto es absurdo. Frente a eso solo se puede hacer una cosa. Los diputados que piensan eso deben ir a la zona con un GTIA maliense capacitado por la EUTM Mali. Y que nos cuenten lo que aprenden. A mí me gusta la vida e iría con los franceses. Esto es cierto para todas las regiones de las que hablamos en el Parlamento Europeo. Todos los diputados deberían ir a ver los conflictos y no sólo atravesar los campos de refugiados, a toda prisa y con protección.

¿Parece confiar más en la capacidad de los franceses?

Su presencia es muy positiva. Ellos son los únicos que están haciendo algo. Es escandaloso que los dejemos solos. España, Italia, Alemania, y Europa deben actuar como europeos. Porque el Sahel es un problema europeo. No es un problema francés o de imperialismo.

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En Mali solo está la EUTM Mali. ¿Es mejor el balance en otras misiones internacionales?

Al llegar a Bamako, uno se escandaliza. El hotel más importante es el centro de operaciones de todas las misiones internacionales en el país. Hay miles de burócratas, para algo que no requiere tanto despliegue de las Naciones Unidas ni de la Unión Europea. Los que viajan a Mali saben a qué me refiero. Los resultados no pueden ser positivos.

¿Espera que los europeos participen más en la región?

Sí. ¡No va a quedar más remedio que hacerlo! Tenemos un conflicto de primera magnitud en el Sahel. No solo la franja del Sahel es una zona de enorme inestabilidad. También hay que mirar hacia el norte, a Argelia y Marruecos. Estos países pueden explotar en cualquier momento. Hubo un tiempo en que la paz y la seguridad estaban garantizadas por los tuaregs. Hoy, es un espacio sin control. Es esencial estabilizar la región. Para eso, hay que estar en el terreno, y asumir el riesgo que conlleva. No solo se trata de enviar 100 000 soldados. No sé cómo, pero Europa tiene que entender eso y moverse. Una posibilidad es cambiar las normas actuales de la UE,  que limitan cualquier acción de tipo militar.

Debería incluirse eso en la nueva estrategia global que presentará en junio la Alta Representante de la UE. ¿Qué espera?

Nada. Será una maravillosa marea retórica. Un océano de retórica, bellas palabras, intenciones maravillosas y todas correctas… pero sin dar ninguna respuesta práctica eficaz.

(Entrevista realizada en persona por Leonor Hubaut en Bruselas el 27 de abril)