Bruselas, sesión plenaria de mayo

Cuando hablamos del planeta olvidamos que sus tres cuartas partes son mares y que el calentamiento global afecta extremadamente a los océanos. Las corrientes marinas son el regulador térmico del planeta y pueden cambiar bruscamente el clima.

El aumento de la temperatura, la acidificación, la subida del nivel y la acumulación de residuos y contaminantes en los fondos y superficies marinas afecta irreversiblemente a nuestro modo de vida, arriesgando la subsistencia de millones de personas.

La falta de jurisdicción agrava el problema de la sobreexplotación de recursos, la pesca ilegal y los vertidos de todo tipo de residuos y contaminantes, y las autoridades internacionales no tienen los suficientes instrumentos legales para castigar estas acciones. Los avances tecnológicos, que permiten conocer de cerca el estado de los mares, son clave para la gobernanza de los océanos y tendrán que ser desplegados como medio de supervisión y control.

La convocatoria urgente de la Conferencia de Alto Nivel de la ONU, centrada en la necesidad de actuar a escala planetaria para mitigar el impacto de las actividades humanas en los océanos, debería ser una señal clara para que los legisladores se conciencien ante el grave estado del medio marino.