La Estrategia de Biodiversidad para 2030, que ha presentado hoy el Colegio de Comisarios, va en la dirección adecuada. Entiende que la crisis de biodiversidad y la de cambio climático son dos caras de la misma moneda, y que un ecosistema próspero y en equilibrio es nuestra mejor protección frente a futuros retos y pandemias.

La Comisión ha escuchado la resolución del Parlamento Europeo sobre la COP15 – Convenio Mundial sobre la Diversidad Biológica – en la que se propone que al menos un 30% del área terrestre y un 30% del área marina de toda la Unión Europea esté bajo protección en 2030.  Actualmente, solo en torno al 26% del territorio y el 10.5% de las aguas de la Unión Europea se encuentran bajo protección, y esas cifras descienden al 3% y menos del 1% respectivamente si contamos únicamente el mayor nivel de protección. Esto demuestra que aún tenemos mucho trabajo para alcanzar los objetivos. Esta protección también es fundamental desde el punto de vista económico. Según estimaciones de la Comisión, en torno a la mitad de toda la riqueza mundial depende, directa o indirectamente, de la naturaleza. Se estima que el ratio del coste de la protección de la biodiversidad es de 1 a 100,  lo que significa que por cada 1€ invertido en conservación, obtenemos 100€ de beneficios.

La pandemia global de la COVID-19 ha colocado la defensa de la biodiversidad como prioridad en el centro de todos los retos a los que nos ha confrontado esta pandemia. Si los ecosistemas no funcionan, las pandemias proliferan. La pérdida de biodiversidad y la extinción de especies facilitan que patógenos como la COVID-19 se transmitan y se multipliquen. En este sentido, según datos de la Agencia Europea de Medioambiente, nos encontramos ante un posible colapso ecológico unido a la  pérdida masiva de biodiversidad y un número de especies amenazadas de extinción como nunca visto en la historia.

Por ello, es fundamental que esta Estrategia nos permita revertir la situación. Nuestro mejor antivirus para próximas crisis y pandemias es un planeta sano. Desde el Parlamento Europeo, como responsable de Renew Europe de esta Estrategia, trabajaremos para que esta década sí podamos cumplir con los objetivos propuestos y no repitamos los errores del pasado. La protección de la biodiversidad no es una prioridad que pueda ser pospuesta.

Sobre los objetivos concretos

Tras dos meses, la Comisión Europea actualiza al fin su estrategia de biodiversidad para los próximos años, y hace suyas nuestras propuestas:

  1. Objetivos vinculantes de protección de la naturaleza: 30-30-30. Al menos un 30% del área terrestre y un 30% del área marina de toda la Unión Europea deberá estar bajo protección en 2030, en línea con los esfuerzos globales de protección de la biodiversidad.
  2. La biodiversidad como instrumento para luchar contra el cambio climático. Plantación de 3.000 millones de nuevos árboles para continuar la recuperación de los ecosistemas forestales en la Unión Europea.
  3. Reconciliar el crecimiento económico y la conservación de la biodiversidad. Mejorar el marco de cooperación entre la actividad comercial y la conservación de la naturaleza.

 

  1. Objetivos vinculantes de protección de la naturaleza : 30-30-30.

En España, el 30% de nuestro territorio forma parte de la Red Natura 2000 de protección de los ecosistemas en la Unión Europea. Nuestro país es así un ejemplo de cómo el cuidado de nuestra fauna y nuestra flora no es sólo compatible, sino además un requisito para el crecimiento económico sostenible. Por ello, hemos impulsado la iniciativa de aumentar las zonas protegidas en la Unión Europea hasta, al menos, un 30% del área terrestre y un 30% de las áreas marinas en 2030. Actualmente, solo en torno al 26% del territorio y el 10.5% de las aguas de la Unión Europea se encuentran bajo protección, y esas cifras descienden al 3% y menos del 1% respectivamente si contamos únicamente el mayor nivel de protección. En definitiva, aún queda mucho trabajo por hacer para alcanzar estos objetivos.

Esta protección es importante desde el punto de vista de nuestra diversidad biológica, pero también desde el punto de vista económico. Según estimaciones de la Comisión Europea, en torno a la mitad de toda la riqueza mundial depende, directa o indirectamente, de la naturaleza y los servicios que proporciona – unos 40 billones de euros. Además, se estima que la ratio de coste-beneficio de la protección de la biodiversidad es de 1 a 100, lo que en términos puramente económicos significa que por cada 1€ invertido en conservación obtenemos 100€ de beneficios.

 

  1. La biodiversidad como instrumento para luchar contra el cambio climático.

El cambio climático es uno de los principales retos de este siglo, y la Unión Europea debe dar ejemplo de cómo tomar medidas ambiciosas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, acompañando a nuestra industria en esa transformación para asegurar su competitividad a nivel global. Como parte de nuestro compromiso con el clima y con el Acuerdo de París, la Unión Europea ha establecido el objetivo de llegar a la neutralidad climática en 2050. Para ello, no solo necesitamos reducir nuestras emisiones, sino aumentar la capacidad que tiene nuestra economía para absorber las emisiones restantes.

Las masas forestales y los océanos son los principales sumideros de carbono del mundo, por lo que debemos apostar por su conservación y por su recuperación. Pese a los riesgos que suponen las temporadas de incendios, cada vez más severas y más duraderas, España ha conseguido recuperar masa forestal en los últimos 15 años. Sin embargo, esa recuperación ha sido de únicamente un 1.2%, por lo que necesitamos un mayor esfuerzo conjunto para revitalizar nuestros bosques. Por ello, Cs ha propuesto un Plan Nacional de Reforestación y hemos trabajado para que este objetivo sea recogido por la Comisión Europea en esta estrategia.

  1. Reconciliar el crecimiento económico y la conservación de la biodiversidad.

El sector privado tiene un importante impacto en la biodiversidad, pero también la conservación de la naturaleza conlleva beneficios económicos sustanciales y supone una fuente de riqueza para muchos sectores, como la construcción, la agricultura o la alimentación, que son vitales tanto por su componente estratégico como por la riqueza y el empleo que generan en España y en el resto de la Unión Europea. Según la Comisión Europea, además, la conservación de la naturaleza supone beneficios anuales extra de 49.000 millones de euros en la pesca o de 3.900 millones de euros en el sector de los seguros.

Además, la pandemia de COVID-19 ha demostrado el riesgo que la destrucción de ecosistemas y el acercamiento entre la vida salvaje y las comunidades humanas puede suponer para la actividad económica y comercial a nivel global. Por ello, hemos propuesto a la Comisión Europea que apoye las iniciativas del sector privado para aportar en los esfuerzos de conservación de la biodiversidad, como la campaña ‘European Business and Biodiversity’ donde participan empresas del sector agroalimentario, turístico, farmacéutico, de la automoción y de industrias extractivas.