• “España erró muy especialmente a establecer una cuarentena de viajeros internacionales desde el 15 de mayo sin tener en cuenta otras opciones o a sus socios europeos”, subraya Maite Pagaza

La Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior (LIBE) del Parlamento Europeo, someterá mañana a votación de sus miembros una resolución para impulsar el restablecimiento del espacio Schengen, después de la cascada de moratorias y cierre de fronteras que se han producido en el interior de la Unión Europea como consecuencia de la pandemia de COVID-19.

“Las respuestas europeas generan beneficios mutuos y la descoordinación nos puede llevar a una espiral grave en material de salud, pero también a un desastre económico”, señaló la vicepresidenta de la comisión LIBE, Maite Pagaza.

Con el objetivo de limitar el grave impacto que esas medidas están teniendo en las personas y las empresas, los eurodiputados de LIBE advierten de que el cierre de fronteras y el restablecimiento de controles deben ser “el último recurso” y siempre que “no haya medidas que puedan ser igual o más adecuadas para controlar el virus”. En este sentido, la comisión LIBE apuesta por pedir a los Estados miembros que lleven a cabo controles de salud en lugar de recurrir a cierres de fronteras y otras medidas similares que puedan poner en peligro la integridad del espacio Schengen.

Pagaza subrayó que “España erró muy especialmente al establecer unilateralmente desde el pasado 15 de mayo una medida como la imposición de una cuarentena (confinamiento de 14 días estricto) a los viajeros internacionales que entren en el país, que provocó la reacción de Francia y otros países contra nuestros intereses”. “Se ha detectado falta de coordinación, justificación y proporcionalidad en las medidas tomadas por algunos Estados miembros”, recalcó.

Según recordó, el espacio Schengen es un logro tangible y apreciado en el corazón del proyecto de la UE que permite viajes sin restricciones para más de 400 millones de personas, con un valor incalculable para ciudadanos y empresas, único en la historia y el mundo.  “Por esta razón ser europeísta en este momento es, entre otras cosas, creer en la libertad de seguir viajando libremente por el espacio Schengen. Tenemos que cumplir todos con el ordenamiento jurídico que nos hemos dado, que nos obliga a una concertación en materia de fronteras”, apuntó.

Existe en la comisión LIBE una fuerte preocupación por la situación actual de cierre total o parcial de las fronteras, e incluso el cierre a cierto tipo de viajeros, incluidos los ciudadanos de la UE o nacionales de terceros países que residen en el territorio de los Estados miembros, por el grave impacto que esas medidas están teniendo en las personas y las empresas.

“El Código de fronteras Schengen es inequívoco: el control en las fronteras internas será la excepción, una medida de último recurso, basada en criterios objetivos, que puede remediar adecuadamente una grave amenaza a las políticas públicas o la seguridad interna, cuando sea estrictamente necesario y proporcionado, con un alcance muy limitado y por un período de tiempo determinado”, señala el texto que se votará mañana.

Lo cierto es que muchas de las notificaciones proporcionadas por los Estados miembros en materia de fronteras carecen de detalles suficientes para permitir la verificación de si se han respetado los principios del Tratado Schengen. “Estamos a tiempo de encontrar soluciones coordinadas, pues las respuestas europeas generan beneficios mutuos y la descoordinación nos puede llevar a una espiral grave en materia de salud, pero también a un desastre económico”, señala Pagaza.