• La eurodiputada apunta que “es preciso tener en cuenta los 900.000 españoles residentes en Europa”

La vicepresidenta de la comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior, Maite Pagazaurtundua, ha reclamado hoy a la Comisión Europea y a los Estados miembros que “restablezcan la libre circulación en el espacio Schengen con todas las medidas de seguridad necesarias en el marco del control del COVID19”, pero sin discriminaciones entre países o nacionalidades dentro de la Unión.  Esta semana el Ejecutivo comunitario está llamado a presentar sus directrices para levantar las restricciones en frontera que numerosos países han establecido en los dos últimos meses, dejando en suspenso el espacio Schengen.

“No podemos olvidar que la libre circulación es junto al euro y el mercado interior, uno de los pilares fundamentales de la Unión Europea, por lo que debe ser prioritario en esta fase de desescalada en el que nos encontramos. Por supuesto, en condiciones de seguridad máxima para evitar exponerse a nuevos repuntes de la pandemia”, ha manifestado.

“Permitir el tránsito de los europeos debe hacerse además de manera no discriminatoria, por lo que deben encontrarse formas responsables desde el punto de vista de la prevención sanitaria para evitar la aparición de acuerdos bilaterales entre Estados que llevarían a una discriminación prohibida entre europeos”, ha añadido. Este tipo de acuerdos han sido ya planteados por países como Austria o Reino Unido.

En este sentido, la vicepresidenta de la comisión LIBE ha señalado que tanto la Comisión, como los Estados, deben tener en cuenta muy especialmente a los europeos residentes en otros países de la Unión. En el caso de España, 900.000 españoles viven en territorio comunitario. “Tenemos 262.000 españoles en Francia, 160.000 en Alemania, 139 en Reino Unido, 65.000 en Bélgica, 28.000 en Holanda y 24.000 en Italia. Son cifras suficientemente importantes como para prestarles una atención específica”, ha apuntado.

La pandemia ha generado diferentes reacciones en los Estados miembros desde el punto de vista de sus fronteras, moduladas a lo largo de la crisis. Desde la prohibición de entrada de República Checa, Hungría, Croacia, Dinamarca, Chipre, Bélgica o Polonia, hasta cierres fronterizos parciales como en Alemania, o limitación de vuelos desde ciertos países como Holanda respecto a Italia. “Es hora de ir poniendo orden a una situación que pone en riesgo uno de los principios fundamentales de nuestra Unión”, ha sentenciado Pagaza.