• El jefe de la delegación europea, Luis Garicano, reclama al Ejecutivo que se centre en transformar España ya, en lugar de planear el año 2050: “Si conseguimos hacer las reformas que tenemos que hacer, en 2050 el país estará mucho mejor”

El jefe de la delegación de Ciudadanos en el Parlamento Europeo, Luis Garicano, ha advertido de que el Plan de recuperación tras la pandemia entregado por el Gobierno a Bruselas tiene grandes debilidades porque no es un plan de país con consenso político y objetivos precisos, y evita concretar las reformas clave: educación, laboral, fiscal, pensiones, administración y unidad de mercado.

En rueda de prensa en Bruselas, Luis Garicano ha repasado los detalles de un plan que incluye inversiones verdes y digitales, en línea con las prioridades de la Unión Europea, y buenas intenciones en muchas áreas, ha dicho, pero sin concreción, con improvisación y globos sonda.

Luis Garicano forma parte del grupo de trabajo del Parlamento Europeo para revisar los planes de los Estados, formado por 25 eurodiputados. Ha señalado que los grandes problemas estructurales de España no encuentran reformas concretas y con fechas en este Plan, por lo que el riesgo de incumplimiento es alto. Y ha reclamado al Gobierno que se preocupe por dedicar estos fondos a transformar ahora el país antes de pensar en el año 2050, en referencia al plan que hoy va a presentar Moncloa. “Si conseguimos en estos tres años hacer las reformas que tenemos que hacer, en 2050 el país estará mucho mejor”, ha dicho.

El documento enviado a Bruselas, ha explicado el eurodiputado de Ciudadanos, presenta tres problemas graves. “Primero, las reformas, no aborda las reformas clave que el país necesita. Segundo, las inversiones, no van a transformar la economía ni la sociedad, porque prioriza inversión en cosas en vez de en personas y prioriza gastos en bienes de consumo. Tercera preocupación, la falta de consenso político, de un plan de país, no hay hitos, ni concreción. Tiene un riesgo de ejecución”, ha explicado. A todo ello se suma que la regeneración es la gran olvidada, porque no incluye ninguna reforma para despolitizar el CGPJ.

Garicano ha contrapuesto el ejemplo de Italia, con un plan aprobado por amplísima mayoría en el Congreso y que apuesta por una gran reforma profunda de la administración. “El ejemplo de Mario Draghi es el que nos debería inspirar: no vamos a tener 300.000 palabras preciosas, tenemos un gran objetivo reformista para producir una transformación”.

 

Reformas ‘fake’ 

Como ejemplo de que el plan español es engañoso, Luis Garicano ha señalado las reformas de las pensiones y del régimen fiscal. Con respecto a las primeras, “es un ejemplo paradigmático de las reformas ‘fake’ del Gobierno”, ha señalado, incluido el truco contable de pasar las pensiones no contributivas de la Seguridad Social a los Presupuestos Generales del Estado. En cuanto a la reforma fiscal, el Gobierno se limita a ofrecer la elaboración de estudios, que podrán derivar en cambios o no.

El líder de Cs en Bruselas ha criticado igualmente el capítulo de inversiones, porque propone una vez más invertir en cosas y no en personas, en capital humano, que es lo que realmente transforma un país. Especialmente asombra la falta de ambición en el pilar educativo, la principal prioridad para relanzar la economía española. El Plan dedica a Educación 1.600 millones, apenas el 2% de los fondos que recibirá España, o 295 millones al programa de contratación de personal investigador. Sin embargo, se prevén 4.800 millones para renovación de edificios.

También ha explicado las carencias de la reforma laboral. Garicano ha apoyado la propuesta de reducir la contratación a tres tipos y de ajustar la contratación temporal para que sea causal. A cambio, ha criticado que se mantenga el fracasado modelo de subvenciones para la formación, que abre la puerta a la corrupción, y que se plantee derogar partes de la última reforma laboral.