• El eurodiputado Jordi Cañas asegura que se abre una oportunidad a la investigación por el parecido entre los síntomas de esta enfermedad y los del Covid-19 persistente: “Es fundamental que la Comisión Europea oriente y guíe a los especialistas para que consigan por fin financiación y no se pierdan en la burocracia”

El eurodiputado de Ciudadanos Jordi Cañas ha reivindicado apoyo europeo a la investigación sobre la encefalomielitis miálgica (EM) o síndrome de la fatiga crónica, porque sigue siendo una enfermedad sobre la que faltan datos, protocolos para llegar a un diagnóstico y tratamientos paliativos y curativos. Además, la pandemia ha abierto una vía de investigación por el parecido entre los síntomas que provoca y los del Covid-19 persistente, por lo que Cañas ha pedido redoblar esfuerzos. “Estamos poco a poco consiguiendo pasar de la invisibilidad a la visibilidad”, ha dicho.

El eurodiputado de Ciudadanos ha dirigido con Renew Europe un evento sobre esta enfermedad en el que han participado enfermos, asociaciones, médicos especialistas y la Comisión Europea. Hace justo un año, a instancias de Cañas, el Parlamento Europeo aprobó una resolución reclamando apoyo a la investigación biomédica y Ciudadanos trabaja para que se implemente.

La encefalomielitis miálgica es una enfermedad cuyo origen se desconoce, que produce dolor musculoesquelético crónico y generalizado, fatiga intensa, alteraciones del sueño, ansiedad y depresión, problemas de memoria y jaquecas continuas, entre otros síntomas. Afecta a unos dos millones de europeos de todas las edades, el 80% de ellos, mujeres, que no pueden llevar una vida normal y que sufren el estigma de la incomprensión social pero también médica: muchos profesionales sanitarios no la consideran una enfermedad aunque lo sea según la OMS, que la reconoció como tal en 1992.

Jordi Cañas ha recalcado la importancia de contar con redes europeas entre los equipos de investigación, lograr bases comunes de datos, registros europeos de pacientes, avanzar hacia un diagnóstico biomédico de la enfermedad y tratamientos efectivos que mitiguen el sufrimiento y conseguir una cura. Ha explicado que el programa Horizonte Europa abre la puerta a lograr fondos para investigar esta dolencia, pero ha reclamado a la Comisión Europea que “oriente y guíe a los especialistas para que consigan por fin financiación y no se pierdan en la burocracia”.

Una de las conclusiones del evento es que el denominado Covid-19 persistente ha abierto una nueva vía de investigación de la fatiga crónica, ya que ambas enfermedades presentan síntomas similares, según ha explicado José Vicente Lafuente, investigador principal del grupo LANCE-Neuropharm en la Universidad del País Vasco, de la que es vicedecano.

Lafuente ha asegurado que hay una “relación íntima” entre ambas enfermedades. Un 10% de infectados por Covid-19 tiene ‘long Covid’ y de ellos, a su vez el 10% no se recupera con el paso de los meses y presenta un cuadro que se puede superponer al de los pacientes por fatiga crónica: mismos síntomas y en su mayoría, mujeres de 40 a 50 años. “Si hacemos esa extrapolación, queda 1 millón de pacientes, lo que es un problema sociosanitario de primera magnitud. Es gente muy joven que va a requerir muchas ayudas sociales y que van a estar sufriendo”, ha dicho el especialista.

En esta misma línea ha intervenido Eliana Lacerda, profesora y parte del equipo CureME de la London School of Hygiene & Tropical Medicine. “Los síntomas son muy parecidos y sugiere que el mecanismo de la enfermedad puede ser el mismo. En muchos casos la EM se trata como infección y esta relación nos da una oportunidad para entender por qué algunas personas desarrollan determinados síntomas inhabilitantes y otros enfermos no. Podría llevar al descubrimiento de biomarcadores y tratamientos específicos que ahora no están disponibles”, ha dicho.

Jordi Cañas se ha comprometido a mantener la exigencia de apoyo a estos investigadores y ha confiado en que la relación con el Covid-19 persistente ayude, “puede hacer ver a muchos profesionales que esto tiene un origen y que tenemos que biomarcarlo”. “Mi compromiso es dar seguimiento a lo que aprobamos el año pasado para conseguir una cura. Tenemos una ventana de oportunidad ahora. Hay que investigar para descubrir y diagnosticar, tratar y curar”, ha concluido.