- El eurodiputado Jordi Cañas defiende en el Pleno del Parlamento Europeo el peso del sector en regiones como la Comunidad Valenciana y exige más vigilancia del mercado, más controles en aduanas y más trazabilidad
El eurodiputado de Ciudadanos y portavoz de Mercado Interior y Protección del Consumidor en el Parlamento Europeo, Jordi Cañas, ha exigido una reforma de la normativa europea del juguete que impida la venta de productos peligrosos para los niños y que proteja también a la industria juguetera local, como la española, que cumple con todas las medidas de seguridad, pero está asfixiada por productores de terceros países que eluden estos estándares.
Jordi Cañas ha intervenido en un debate en el Pleno en Estrasburgo sobre la revisión de la Directiva sobre la seguridad de los juguetes, “que establece el marco jurídico más estricto del mundo y demuestra que los estándares europeos son una garantía para asegurar que nuestros niños pueden jugar con seguridad”. En España, el grueso de la industria juguetera se concentra en la Comunidad Valenciana y en Cataluña. Sin embargo, el mercado europeo se llena de juguetes de terceros países, especialmente de China, que no cumplen con las exigencias europeas, juguetes peligrosos y muchas veces falsificados. “Y ya no se trata sólo de prácticas desleales que pueden asfixiar a un sector clave en España, como el de la Comunidad Valenciana, sino de prácticas que afectan directamente a la seguridad de nuestros menores”, ha criticado el eurodiputado liberal. Ha reclamado que se revise el marco europeo para abordar estos problemas y ha exigido, en concreto, más vigilancia del mercado, más controles en aduanas, más trazabilidad, para que el consumidor sepa con claridad el origen de componentes y juguetes, y más recursos para asegurar que las normas europeas se cumplen. “Porque defender a los niños pasa por garantizar la seguridad de los juguetes, pero también por defender nuestras fronteras y eso también lo debemos hacer”, ha añadido. Jordi Cañas ha pedido así respaldo europeo para el sector juguetero español, concentrado en la Comunidad Valenciana y Cataluña principalmente (suman el 74% de la actividad), que en 2020 cerró el ejercicio con una pérdida de facturación del 7%, hasta quedarse en 929 millones de euros. Junto a la competencia desleal, el sector sufre ahora el alza del coste de los materiales de fabricación, del precio de la energía y los problemas del transporte y suministro. Según la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, el censo de empresas en 2019 era de 243 sociedades, que empleaban directamente a casi 5.000 personas y 20.000 de forma indirecta. La cifra de empleos se duplica si se incluye el subsector auxiliar del juguete.
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