- El eurodiputado José Ramón Bauzá defiende este criterio frente a la propuesta de la Comisión de ampliarlo hasta julio de 2023: “Ha sido una buena medida, pero excepcional, y no debe prolongarse más de lo necesario”
l eurodiputado de Ciudadanos y portavoz de Renew Europe de Transporte y Turismo, José Ramón Bauzá, ha propuesto limitar la extensión del Certificado COVID de la UE hasta el próximo 31 de octubre, ampliable hasta febrero de 2023 si fuese necesario en caso de rebrotes, pero no extender su uso más allá, porque “es una medida excepcional y no debe prolongarse más de lo necesario”. Además, la extensión de su vigencia no significa que los Estados Miembros deban exigir el certificado a los turistas durante este verano: sólo está a disposición de los gobiernos nacionales por si la situación epidemiológica lo requiere.
José Ramón Bauzá ha propuesto estos límites al uso del Certificado frente al criterio de la Comisión Europea de ampliarlo hasta verano de 2023. La medida se puso en marcha en junio de 2021 para facilitar la movilidad en la Unión y expira el próximo mes de junio de este año.
El eurodiputado liberal es el responsable de evaluar la revisión del Reglamento por el que se crea el Certificado COVID de la UE en la Comisión de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo, y sobre el que ha presentado varias enmiendas. «Debemos preguntarnos si la extensión del certificado hasta junio de 2023 es una buena señal para el turista y para el sector turístico en general, o de lo contrario, puede perjudicar las esperanzas de recuperación”, ha afirmado José Ramón Bauzá en un debate sobre el sector turístico con el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton.
Ha añadido que se ha superado lo peor de la pandemia y que a la vista de la evolución del virus, hay que poner el foco ahora “en volver a la normalidad cuanto antes, porque sólo así conseguiremos cumplir las esperanzas del sector turístico para este año 2022: recuperar los niveles de turistas de 2019”. La próxima temporada de verano es crucial para la recuperación del sector tras dos años muy duros y ante las dudas que plantea ahora la invasión de Ucrania.
Por ello, su propuesta es prolongar el certificado justo lo necesario, hasta que termine la temporada de verano de este año, y con la posibilidad de que la propia Comisión lo prorrogue cuatro meses más (febrero de 2023) si la situación epidemiológica lo requiriese y tras una evaluación del Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades.
Además, José Ramón Bauzá reclama en otras enmiendas que, teniendo en cuenta la fase actual de la pandemia, los gobierno no deben utilizar este Reglamento sobre el certificado COVID para fines domésticos, para imponer medias nacionales como restringir el acceso a bares, restaurantes, eventos públicos o centros de trabajo; “medidas en muchas ocasiones desproporcionadas y cuya eficiencia para frenar el virus no está claramente demostrada”.
“Este certificado tiene que cumplir con su objetivo principal y original: ser una herramienta para facilitar el libre movimiento en la UE y la coordinación entre países, pero no debe entenderse como una medida alternativa para que las autoridades nacionales impongan restricciones o fuercen a la vacunación”, ha defendido Bauzá.