- Un informe encargado por Maite Pagaza, que compila el flujo de informaciones maliciosas durante la pandemia, muestra cómo se explotan los momentos de vulnerabilidad de la UE
- Las informaciones maliciosas provienen principalmente de webs ubicadas en Rusia, Irán, América Latina y EEUU pero también de comunidades de redes polarizadas en Europa
La pandemia del COVID-19 ha posibilitado el incremento de las informaciones falsas y maliciosas contra la Unión Europea procedentes de fuentes extranjeras así como de las comunidades -que van surgiendo en las redes- polarizadas y maniqueas, exacerbando momentos de vulnerabilidad del club comunitario, para debilitar las propias bases de los estados de derecho democráticos.
Así lo reflejan las conclusiones del informe Narrativas para romper Europa en la crisis del COVID19realizado por el investigador de la Universidad de Columbia (EEUU) Javier Lesaca, dentro de los trabajos de la oficina parlamentaria de la vicepresidenta de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior, Maite Pagazaurtundua, presentado hoy al público.
“En los primeros días de la pandemia Covid-19, en el momento de shock del confinamiento colectivo, comenzamos a ver la multiplicación de informaciones falsas o equívocas sobre lo que estaba ocurriendo en la UE, y que cuestionaban gran parte de nuestros fundamentos como entes de derecho democrático, y quisimos analizar su origen y dinámicas. El resultado es un análisis cualitativo de 311 contenidos digitales antieuropeos potencialmente maliciosos difundidos entre el 1 marzo y el 31 de mayo de 2020”, explicó Pagaza.
Se han sometido a estudio diario 65 fuentes digitales potencialmente maliciosas detectadas en países de la Unión Europea, América Latina, Rusia, Irán, China y los Estados Unidos. El resultado es un informe, con su excell correspondiente, donde se recogen dichas informaciones, de dónde surgen, qué páginas las dan vuelo, en qué se basan para esos ataques, etc…
El estudio revela que plataformas digitales, ubicadas mayoritariamente fuera de la UE, con escasa trazabilidad y transparencia, lanzan informaciones destinadas a dañar la confianza o la imagen exterior de las instituciones comunitarias europeas.
No solo usan noticias falsas sino recursos de comunicación más sofisticados para potenciar cualquier vulnerabilidad o percepción que debilite geoestratégicamente los valores o intereses de la Unión Europea. Ahondan en la supuesta falta de cohesión y fortaleza política; la falta de solidaridad entre sus miembros; pero también atacan el sistema legal y económico; la política exterior o buscan dañar la percepción sobre las instituciones que vertebran la realidad cotidiana.
Además, existen evidencias de que existe un cierto nivel de coordinación entre fuentes digitales potencialmente maliciosas ubicadas en diferentes países no comunitarios para generar y distribuir contenido anti europeo a través de movimientos ideológicos polarizantes en diferentes partes del mundo.
Su objetivo: erosionar la percepción del proyecto político de la Unión Europea y sus instituciones en un mundo más convulso e inestable, de tal manera que debilite nuestros valores e intereses en la reconfiguración del nuevo orden político y geoestratégico.
Estas narrativas fomentan incluso la salida de la Unión Europea de algunos de los países miembros, principalmente Italia y España, siendo de fuentes situadas en países europeos el 56 por ciento de las informaciones en este sentido.
El análisis temporal revela que el número de narrativas antieuropeas fue incrementándose de manera semanal, hasta llegar a un máximo de 62 narrativas antieuropeas detectadas durante la tercera semana del mes de abril, coincidiendo con los primeros fiascos de la negociación sobre las medidas de apoyo económico para los países más afectados por la pandemia.
“El análisis del dato es evidente: cuando las instituciones o los Estados miembros no son eficaces en el desarrollo de sus competencias, se cuelan amenazas híbridas que utilizan todas estas vulnerabilidades para minar el sistema democrático desde dentro y para debilitar las posibilidades de competición geoestratégica”, planteó Pagaza. Es una amenaza que hay que tomar en serio para consolidar instituciones, consolidar políticas eficaces y un futuro próspero y libre de nuestros hijos e hijas.
Este análisis revela, además, la necesidad de un ecosistema mediático sano, con medios independientes capaces de desarrollar sus propios contenidos pues se constata que sólo el 60% de los contenidos analizados son piezas originales, mientras que el 40% de las informaciones anti europeas detectadas utilizan o redifunden contenidos generados originalmente en otras fuentes.
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